viernes, 13 de enero de 2012

Los peligros de la comida rápida

El consumo de comida rápida es muy habitual entre la población norteamericana y asiática y empieza serlo entre los europeos. El estudio CARDIA ha demostrado que estas personas están en riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y de desarrollar diabetes tipo 2. Por otro lado, los datos de este estudio también han revelado que el consumo de productos lácteos consigue reducir los niveles de hipercolesterolemia e hipertensión en personas obesas con lo que se consigue disminuir el riesgo de diabetes o cardiopatías.

Según el estudio CARDIA (Coronary Artery Risk in Development in Young Adults) publicado recientemente en la revista "The Lancet", las personas que consumieron dos o más veces por semana comida rápida engordaron más y se duplicó la resistencia ala insulina respecto a las personas que no consumieron este tipo de comida.

En este estudio, que empezó en el año 1985, participaron 3.031 individuos entre 18 y 30 años en los que se investigó si existía una correlación entre la comida rápida y el aumento de peso y la resistencia a la insulina. Asimismo, también se estudiaron otros factores como el tiempo que los participantes dedicaban a mirar la televisión, a realizar actividad física o el consumo de alcohol y tabaco.

Tras quince años de investigación, los expertos concluyeron que las personas que consumen comida rápida con frecuencia presentan un mayor riesgo de obesidad y diabetes mellitus tipo 2. Concretamente, los individuos del estudio que consumieron dos o más veces a la semana este tipo de comida engordaron más y presentaron un incremento duplicado de resistencia a la insulina respecto a las personas que no la consumieron.

Alerta sobre comida rápida
Estudios recientes han demostrado que el porcentaje de población que acude con frecuencia a los establecimientos de comida rápida es especialmente elevado en Estados Unidos y en Asia. Las conclusiones del estudio observan claramente como estas personas tienen mayor riesgo de sufrir obesidad y diabetes tipo 2.
Existen una serie de características de la comida rápida que aumentan necesariamente este riesgo como son el tamaño excesivo de las porciones o que una única comida por sí sola ya exceda a cantidad diaria recomendada de calorías.

Los beneficios de los lácteos
A partir de los datos del estudio CARDIA, también se pueden extraer conclusiones acerca del consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar una cardiopatía o diabetes tipo 2, como se publicó recientemente en la revista JAMA.

Una dieta rica en productos lácteos puede servir para que personas adultas con sobrepeso disminuyan el riesgo de desarrollar síntomas que a menudo preceden a la cardiopatía y a la diabetes tipo 2. Según los resultados del estudio CARDIA, los adultos con sobrepeso que consumen mucha leche, queso, mantequilla y yogur tienen menos probabilidades de ser diagnosticados de hipercolesterolemia, hipertensión, independientemente de que los alimentos que consuman sean ricos en grasa. En concreto, los niveles elevados de colesterol y la hipertensión van unidos al síndrome de resistencia a la insulina, que constituye un factor de riesgo importante de diabetes y de cardiopatía isquémica.

Durante la investigación se observó que entre los individuos con sobrepeso (índice de masa corporal superior a 25) aquellos que consumían productos lácteos presentaban un riesgo un 71 por ciento menor de ser diagnosticados de resistencia a la insulina a lo largo de los siguientes diez años. Por cada consumición diaria de productos lácteos, ese riesgo disminuye en un 21 por ciento, independientemente de otros factores como son el consumo de tabaco, de alcohol o la práctica de ejercicio.

La Dieta Dukan ¿verdad o negocio?

El pasado lunes pudimos ver en Antena 3 el reportaje La Dieta Dukan o el negocio de adelgazar realizado por Equipo de Investigación.

Este es el reportaje La dieta Dukan o el negocio de adelgazar, en el que podemos conocer los resultados que ha ofrecido esta dieta en muchas personas, tanto resultados positivos como negativos, el temor de los profesionales de la salud y la nutrición está en cómo puede afectar a quien lleva a la práctica esta dieta en un futuro por someter al organismo a restricciones de alimentos, mientras que las personas que han conseguido reducir considerablemente su peso sólo hablan de sus beneficios y lo bien que se sienten física y psicológicamente.

‘Peligrosa, fraudulenta e ilegal’, así es como cataloga el Ministerio de Sanidad esta dieta, un ‘ataque metabólico’ afirma un médico. Ante todo queremos dejar claro que no estamos a favor de ningún tipo de dieta que no se pueda demostrar que sólo aportará beneficios a la salud, y en el caso de la dieta Dukan, al parecer no se ha demostrado científicamente ni que sea tan perjudicial como argumentan los nutricionistas, ni que sea tan saludable como Pierre Dukan, su creador, afirma. Lo que nos cuentan es que en Francia, donde se originó la moda de esta dieta, casi nadie la practica.

Seguimos conociendo este método de alimentación para adelgazar y mantener un peso óptimo y la repercusión en la sociedad, y una de las conclusiones que podemos extraer es que evidentemente no es una dieta equilibrada, al menos durante las primeras fases que son las que más restringen alimentos, pero parece ser que muchas de las personas que están siguiendo esta dieta están alimentándose mejor de lo que se alimentaban antes de iniciarla, es decir, que están comiendo mal (por no consumir todos los grupos de alimentos), pero mejor que antes.

El problema es el mismo de siempre, hay una gran deficiencia en educación nutricional, y mientras esto no se ataje, seguirá habiendo población con sobrepeso y obesidad, y con problemas de salud. Se critica esta dieta porque no se permite el consumo de frutas durante cierto tiempo, o se limita posteriormente, pero ¿a cuántas personas conocemos cada uno de nosotros que no come nunca fruta y raramente toma verdura? Todas estas personas están llevando una mala alimentación sin seguir la dieta Dukan.

Lo malo de esta dieta es su extensión a la sociedad, el boca a boca, el tema de las modas, el ‘si a ti te funciona, yo lo pruebo’ sin considerar previamente el estado de salud, el que la práctica demuestre que se pierde peso pero no haya pruebas de si puede ver deteriorada la salud, el compadreo, el nacimiento de nuevas formas de definirse en la sociedad (eso ya asusta muchísimo, ¿cómo pueden llegar a denominarse ‘ciudadano Dukaniano?).

Efectivamente hay negocio, Pierre Dukan y el séquito que trabaja con él ven mucho dinero no sólo con la difusión de la dieta, la venta de libros (“No consigo adelgazar”, “El método Dukan ilustrado” y “Las recetas de Dukan”), las consultas físicas u online (con personal no cualificado)… el gran negocio puede llegar con los productos preparados que nos muestran en el reportaje aunque podemos ver también la trampa del supermercado. Muy fuerte.
Este es un fragmento del reportaje:


sábado, 7 de enero de 2012

Abusar de la carne roja eleva el riesgo de cáncer de riñón


En la alimentación, como en casi todo, en el equilibrio está la virtud. No hay que abusar de nada, pero hay algunos alimentos con los que debemos tener más precauciones. Uno de ellos, las carnes rojas.
Ha habido muchos estudios que han advertido de los riesgos de una dieta con demasiada carne, y más aún, con mucha carne roja y poco hecha. Ahora, un estudio del National Cancer Institute (EE UU), señala que comer mucha carne roja podría estar relacionado con padecer cáncer de riñón, especialmente si está cocinada al 'grill' o a la barbacoa.

El estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, se realizó con datos de los hábitos alimenticios de aproximadamente
500.000 estadounidenses mayores de 50 años durante nueve años.

Encontró que los adultos que comían más carne roja que el resto (cerca de 113 gramos diarios)
eran más propensos (en un 19%) de padecer cáncer renal que aquellos que comían menos. Así, del número total estudiado, aproximadamente 180 fueron diagnosticados con este tipo de cáncer.

Los investigadores advirtieron de que al consumir carne cocinada a la barbacoa o al 'grill' se ingieren más productos químicos, relacionados con el incremento del riesgo de padecer esta enfermedad.

Pero no hay que demonizar la carne roja. Algunas personas que comen mucha carne roja no desarrollan este tipo de cáncer mientras que otras que la ingieren en raras ocasiones caen enfermos. De hecho, la carne roja es una
fuente importante de hierro.

Los alimentos con mucha grasa pueden dañar el cerebro


En los últimos años se han realizado grandes avances en nuestra comprensión de cómo el cerebro controla el deseo de alimentarse, y también sobre los procesos que subyacen en el equilibrio de la ingesta y el gasto de energía.
Sin embargo, poco se sabe acerca de cómo la obesidad llega a alterar estos procesos. Y ello pese a que el número de personas que sufren de una o más de las complicaciones adversas de la obesidad, como la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardíaca, aumenta rápidamente.

Hasta ahora, los fármacos diseñados para tratar la obesidad han demostrado una eficacia limitada, y se han asociado con efectos secundarios graves. Esto se debe, en gran parte, al
entendimiento limitado de los efectos de la obesidad en los mecanismos naturales de control de peso corporal.

Ahora, dos grupos independientes de investigadores han generado datos que empiezan a abordar
cómo la obesidad llega a alterar estos procesos. Sus conclusiones aparecen en un artículo publicado en el Journail of Clinical Investigation.

Un equipo de investigadores dirigido por Michael Schwartz, de la Universidad de Washington (EE UU), ha observado que, en los seres humanos y los roedores, la obesidad se asocia con daño neuronal en un área del cerebro crucial para el control de peso corporal (el hipotálamo).

Tras un experimento con ratones, observaron que se perdían neuronas, concretamente las que se cree que protegen al organismo del aumento de peso. Según Schwartz, las lesiones sufridas por culpa de la obesidad
no significan daño cognitivo; es decir afecta al control de nuestro peso pero no a las funciones superiores del cerebro.

Por otro lado, un segundo equipo de investigadores del Centro Médico Beth Israel Deacones
(EE UU) ha determinado que el volumen de las células nerviosas del hipotálamo es inhibida por la obesidad.

Una Navidad saludable


En Navidad casi todos comeremos turrones y mazapanes, pese a que no son precisamente una ayuda a nuestra salud. Pero de hacerlo, debemos optar por los dulces con base de almendra. Son los menos perjudiciales ya que ésta contiene una grasa beneficiosa para nuestra salud cardiovascular.
Así, el turrón de Jijona está elaborado con un mínimo del 64% de almendras, mientras que el de yema sólo contiene el 45%. Por el contrario, los turrones de chocolate, mantecados y polvorones contienen una alta dosis de grasas saturadas que favorecen la obesidad y la elevación del colesterol.

La Federación Española del Corazón (FEC) recuerda que durante las Navidades es habitual incrementar la grasa visceral, la que se deposita en el abdomen. Esta grasa tiende a aumentar mucho el riesgo de enfermedad de los vasos del corazón y del cerebro. Por ello conviene
mantener a raya el perímetro abdominal (hasta 102 cm. los hombres y 88 las mujeres).

El consumo irresponsable de dulces puede ocasionar, además, el descontrol de los niveles de glucosa en pacientes diabéticos, empeorando o generando un riesgo de enfermedad cardiovascular.

No caigamos tampoco en la "trampa" de los alimentos "sin azúcar" o "sin azúcares añadidos". La FEC explica que no hay que caer en el error de pensar que estos productos son beneficiosos para nuestra salud. No llevan azúcar pero pueden ser altos en grasas saturadas y aumentar así los niveles de colesterol.

Aunque se trate de una época festiva donde la comida y la bebida son las protagonistas, la FEC recuerda, especialmente a aquellos que sufren de hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, diabetes o angina de pecho, que es esencial controlar los excesos, para evitar descompensaciones o problemas mayores.

En cuanto a los platos principales, es aconsejable evitar los excesos de sal y utilizar aceite de oliva en la cocina, puesto que éste, además de ayudar a disminuir los niveles de colesterol, beneficia el control de la hipertensión arterial, a diferencia de otros aceites vegetales como el de palma.

Es preferible recurrir a la comida al
vapor, al horno, a la parrilla o a la plancha antes que frita, aunque sea con aceite de oliva. Asimismo, conviene tomar alimentos bajos en grasa como el pescado, el pavo o el pollo, intentado evitar el cordero o el cerdo.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Nuevas virtudes de la dieta mediterránea

Los investigadores de la Universidad de Navarra aportan una nueva virtud a la dieta mediterránea: la de aumentar las posibilidades de lograr un embarazo.
El estudio de los científicos del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública y el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra se ha realizado con una muestra de 2.000 mujeres de entre 20 y 45 años.
Los investigadores observaron que aquellas mujeres que más se adherían a un patrón de dieta mediterránea tenían menos dificultades para lograr un embarazo. El trabajo ha sido publicado en la revista Fertility and Sterility.
Las voluntarias seguían dos patrones de dieta fundamentales: un patrón más occidentalizado y un patrón mediterráneo. Las primeras consumían más carnes rojas, comida rápida, lácteos enteros, repostería industrial, patatas, huevos, cereales refinados, salsas, comidas procesadas y refrescos azucarados.
Por el contrario, las otras tenían un alto consumo de aceite de oliva, verduras, pescados, frutas y carne de ave en lugar de carnes rojas, así como mayor consumo de lácteos bajos en grasa.
Tras realizar el seguimiento de las voluntarias durante una media de seis años y medio, los especialistas identificaron que las mujeres con mayor adhesión al patrón mediterráneo habían presentado una probabilidad un 44% menor de consultar al médico por tener dificultades para quedarse embarazadas.
En España la infertilidad es un problema que afecta al 10% de las parejas. Entre sus causas, que pueden ser tanto masculinas como femeninas, destacan los trastornos ovulatorios, la endometriosis, alteraciones en las trompas, en el cuerpo uterino o cérvix, trastornos en el esperma e incluso factores psicológicos.
Pero, como se ve, también puede afectar a la fertilidad el estilo de vida, el consumo de tabaco, alcohol o cafeína, la actividad física, etcétera. Por ello los especialistas aconsejan acudir al médico cuando la pareja tarde más de 12 meses en lograr el embarazo.

Obesidad en la Unión Europea




Los niveles de obesidad entre los hombres y mujeres en la Unión Europea se ha multiplicado por tres en solo un año. Ahora se sitúa prácticamente los mismos niveles que Estados Unidos, según una encuesta publicada por la Oficina de estadística comunitaria (Eurostat).
La proporción de mujeres adultas de la UE pasó del 8 % en 2008 al 23,9 % en 2009, mientras que el de los hombres subió del 7,6 % al 24,7 %. En EEUU, la cifra en 2009 fue de 26,8 % para las mujeres y de 27,6 % para los hombres.
España no destaca por sus niveles de obesidad en la UE. La población mayor de dieciocho años con sobrepeso es del 14,4 % para las mujeres y del 17 % para los hombres.
Rumanía, Italia y Bulgaria son los países con menos nivel de sobrepeso (por debajo del 12 %) mientras que las mayores proporciones se concentran en Estonia, Letonia, Malta y Reino Unido (este último alcanza el 23,9 % en el caso de las mujeres).
En todos los países de la UE, el grupo poblacional que experimenta mayor índice de masa corporal son las personas de más de 65 años. En España, particularmente, ese grupo de edad tiene niveles del 26,8 % de obesidad en el caso de las mujeres y del 23,9 % en los hombres.
También ha observado Eurostat que el nivel de estudios de la población es inversamente proporcional al de la obesidad, de forma que cuanto más nivel académico tiene un europeo es menos obseso.
En el caso español, solo el 6 % de las mujeres con estudios universitarios tiene sobrepeso mientras que en el caso de las que abandonaron pronto los estudios el porcentaje sube hasta el 21,1 %. Y algo similar ocurre con los hombres.